sábado, 10 de marzo de 2012

Alma de camionero

Recuerdo cuando tenía no más de 7 años, yo quería ser piloto aeronáutico, el camino directo hacia ser piloto es el servicio militar, yo no entendía lo que era eso, solamente quería subirme al avión y volar, pero con una madre ex-esposa de un guerrillero como que eso no iba a pasar.
Mis alas querían crecer pero me las cortaron de raiz, la política, con la que yo no tenía nada que ver ni quiero tener que ver, fue la culpable.

En realidad a mi me gustaban desde chico las máquinas, me conformaba con andar en un viejo auto del patrón de mi padre que me llevaba al jardín de infantes, o con mi padre en el camión de la empresa.
Yo tenía un autito a pedal, un auténtico bólido de las veredas y me las ingeniaba muy bien para apretar contra la pared a las ancianitas que iban a hacer mandados, amenazándolas de chocarles los tobillos, un amor el nene...



Vinieron las bicicletas cuando tuve edad para ellas y no guardaron secretos para mi, hacía las cosas más inverosímiles, desde el piloto invisible (me paraba en alguna parte del cuadro, soltaba las manos y solamente balanceando el cuerpo sorteaba todo tipo de obstáculos como si realmente álguien invisible manejara) o pasar por debajo de obstáculos más bajos que la bicicleta (acostaba la bici para un lado y yo iba para el otro), en una ocasión pasé por debajo de un camión cisterna estacionado y para añadirle dificultad subí el cordón de la vereda acostado en la bici sin tocar el suelo...
Por suerte un amigo lo vió porque sino nadie me lo iba a creer, de hecho los que apostaron en contra de que yo podía hacer eso nos dieron a mi amigo y a mi la oportunidad de engordar nuestros desnutridos bolsillos con lo que pagaron por su incredulidad !!

Con menos de 15 años me escapaba en la bici y así conocí todo montevideo, calle por calle y luego toda la costa hasta piriápolis, son casi 100 Km desde montevideo.
Los domingos salía temprano, llenaba las caramañolas y me iba a la ruta, nunca hacía menos de 150 km con una bicicleta común, armada por mi con pedazos comprados en la feria.
Siempre algún incauto amigo me acompañaba en esas aventuras pero por alguna razón nunca más volvían a atreverse...
Luego de dos accidentes graves por fallas mecánicas en las bicicletas que yo mismo armaba, a los 17 años llego el momento de la despedida entre nosotros, es que en el primero de ellos recibí un golpe muy grande en la cabeza que me hizo tener amnesia varios días y en el segundo recibí un golpe también en la cabeza que por años me causó mareos espontáneos y hasta me tuvieron que hacer cirugía plástica en el rostro.
Todavía conservo el equilibrio, pero mi peso, los años y alguna que otra lesión ya no me dejan hacer todo lo de antes.



(la foto es ilustrativa pero eran exactamente iguales a esos 2)

Vino el momento de los autos, mi primer auto fue una chevrolet ipanema 1.8, tremenda máquina, volaba, le había hecho unas pequeñas modificaciones y andaba a 210 Km/h, me gustaba la velocidad, eso lo heredé de mi abuelo que ya muy entrado en años se dedicaba en sus frecuentes salidas a la ruta a corretear a sus odiados BMW en un ford capri americano imbatible en recta y conmigo como copiloto.
En mi ipanema viajé por todas partes, Brasil lo conocí sentado en ella, las rutas del sur del gigante latinoamericano me vieron pasar una y otra vez, para aquí y para allá. Siempre me las arreglaba para tener que ir a buscar algo relacionado a mi trabajo a brasil y que los clientes pagaran el viaje.

Luego de la ipanema vino "El peugeotito", un pequeño demonio llamado Peugeot 309 GT, preparado para volar...
El peugeotito tenía 4 a 1 de competición con caño de 3" hasta atrás, árbol de levas hecho, rebajada la tapa de cilindros, pistones especiales, bielas especiales, las válvulas eran más grandes, de ZX, múltiple de admisión torneado para generar turbulencias, encendido modificado, bujías de 4 electrodos, carburador modificado por mi, modificaciones en suspensión y muchas otras cosas más, lo puse en pista contra autos de competición y era de temer, 260 Km/h de velocidad final a casi 8000 RPM...

Eran mis épocas de adrenalina y de estupidéz total, de las picadas del autódromo de El Pinar donde gané muchas veces y hasta me llevé un juego de cubiertas nuevas como premio.
Tiempo de muchas macanas que hoy no haría y que realmente al mirar en retrospectiva no entiendo como pude hacer semejantes cosas.

Vino un bajón económico bastante feo, uno de esos que nos aterrizan a lo más bajo, que están ahí para enseñarnos cosas, hacernos madurar y el peugeotito fue lo primero que se fue, hoy agradezco que el destino me diera ese golpe...



(El camión era como este)

En una ocasión un amigo camionero me invitó a hacer un viaje largo con él, había que llevar una carga a san pablo, iba solo en un camión nuevo, recién comprado, no terminó de decirlo cuando yo ya estaba arriba del camión !!!
Ahí, manejando esa bestia de 6 ejes, 500 HP y 21 metros de largo, por unos pocos tramos de ruta y disfrutando casi 5000 km como acompañante fue que entendí que yo había nacido para eso.
Fue hace más de 10 años y al día de hoy no entiendo como es que yo no soy camionero, es algo que se me ha ido negando, convengamos que no es la profesión más redituable ni glamorosa , pero a mi poco me importan el dinero y el glamour. Ha sido una sucesión de eventos, de situaciones, lo que me ha negado el estar trabajando en mi medioambiente natural, las rutas.
Nunca es tarde, aún me faltan un par de años para los 40 y es altamente probable que con la licencia de conducir profesional que proximamente voy a tener me haga de un trabajo con algún monstruo de 5 o 6 ejes que pida ruta...

Hoy me encuentro en camino de volver a las rutas, con más años, más maduro y sereno, sin ansias de velocidad, hoy quiero disfrutar de cada kilómetro, parar en cada pueblo y hacer amigos en todos ellos, sacarle fotos a todo...
Tengo cientos de miles de Km recorridos a pesar de que he estado alejado unos años de las rutas, he visitado los países vecinos, algunos fugázmente, otros más a fondo como es el caso de brasil.
También he viajado a EEUU en busca de fortuna y me he vuelto muy desilusionado, no era para nada lo que yo imaginaba.

En este camino de vuelta se me plantea una extraña posibilidad, ¿qué pasa si cumplo dos sueños a la vez? ¿qué pasa si la vuelta es en 6 ruedas muy grandes?

Increiblemente está ahí, al alcance de la mano, mucho más barato que casi todos los vehículos más pequeños que palabras sensatas aconsejan, Turbodiesel, 10.000 cc de noble motor, más de 250 HP y caja de 6ª que me garantizan que no hay montaña que no suba, 3 metros de altura, 10 metros de largo con muchísimo espacio interior para hacerme una CASA con todas las letras donde vivir el tiempo que sea necesario y encima el muy ladino me susurra cuando paso; dale, animate, llevame a pasear, vas a pagar más peaje, vas a gastar más combustible, vas a pagar mucho más si se te ocurre cruzar a panamá, por culpa de mi tamaño y mis 10 toneladas de peso, pero el día que te estés por morir te vas a acordar de mi y vas a irte feliz...
Creo que tiene razón y le voy a hacer caso !!!